Sígueme

Columnas, ideas y herramientas para trabajar

Suscríbete para recibir contenido exclusivo sobre productividad, foco y trabajo bien hecho. Incluye columnas de nuestros auditores y herramientas prácticas para avanzar.
RADIO

Haz lo que te toca hacer

La productividad real no se trata de estar ocupado, sino de actuar con lucidez. Haz lo que te toca.

El momento menos sexy… y más necesario

No hay aplausos. No hay reels virales. No hay efecto cinematográfico cuando simplemente haces lo que te toca.
Pero ahí está el oro.
Ahí se separa el ruido de lo esencial.

Mientras otros construyen castillos de papel con cursos de productividad de moda o mapas de sueños plastificados en bullet journals que jamás se terminan… tú abres tu calendario, miras tu lista y eliges con frialdad de cirujano. No porque seas un robot. Porque estás despierto.

¿Qué significa hacer lo que te toca?

No es resignarse. No es obedecer ciegamente una lista. Es otra cosa.

Escucha la hora cada 10 minutos

Es saber que en este instante preciso, con esta luz, este nivel de energía, esta cantidad de tiempo, hay una opción que tiene más sentido que todas las demás.

Y no siempre es sexy. A veces, lo que te toca es enviar ese correo. O revisar tus finanzas. O hacerte un café y respirar.

La coreografía interna: contexto, energía, sentido, tiempo

Esto no es filosofía barata. Es coreografía. Es saber cuándo tu mente está afilada como navaja y cuándo está convertida en puré.

No trabajes contra tu energía. Baila con ella.

El modelo de los cuatro criterios —contexto, tiempo disponible, energía disponible y prioridad— no es una receta mágica. Es un mapa mental para no perderte cuando la urgencia grita.

  • ¿Tienes poco tiempo?: Haz lo que calce en ese pequeño espacio. No te pongas grandioso. Ponte eficaz.
  • ¿Estás agotado?: Vacía tu bandeja de entrada. Ordena tu escritorio. Haz limpieza emocional.
  • ¿Estás al 100%?: Ataca esa tarea que lleva meses esperándote. Esa que asusta porque importa.

El ritmo secreto de los que llegan lejos

No es suerte. No es talento. Es saber elegir una y otra vez lo que toca.

Esa danza entre pausa y acción. Entre foco y descanso. Entre decisión y entrega.

La productividad no es una virtud. Es una técnica de observación.

Y tú puedes aprenderla.

Cómo saber qué te toca: el inventario silencioso

Tener un inventario confiable de tus proyectos, ideas, compromisos y deseos. No para ser más eficiente. Para tener claridad.

Cuando todo está anotado, categorizado y visible, la mente descansa.
Y cuando la mente descansa, tú puedes pensar. Decidir.
No reaccionar.

Un buen inventario es tu escudo.
Te protege del caos ajeno. De las emociones prestadas. De los calendarios que no te pertenecen.

El modelo de cuatro criterios: cómo elegir con precisión quirúrgica

  1. Contexto: ¿Dónde estás? ¿Qué herramientas tienes a mano? ¿Puedes hablar? ¿Puedes escribir?
  2. Tiempo disponible: ¿Tienes cinco minutos o tienes dos horas?
  3. Energía disponible: ¿Estás fresco o a punto de dormirte?
  4. Prioridad real: ¿Qué tarea tiene más impacto hoy?

Este modelo no es glamour. Es claridad.
No te promete éxito. Te ofrece lucidez. Que, seamos honestos, vale más.

Lucidez: el verdadero lujo del siglo XXI

¿Quieres lujo?
No compres más gadgets. No diseñes una oficina Pinterest.

Haz lo que te toca.

Y luego para.
Para con elegancia.
Porque hiciste lo que importaba. Ni más, ni menos.

Eso es libertad.

El arte de moverse como ninja en medio del ruido

La mayoría está ocupada. Tú no.
Tú estás presente.

Ellos corren.
Tú eliges.

Ellos responden correos con culpa.
Tú accionas desde tu plan.

La productividad no es llenar el día. Es no traicionarte.

Ni más, ni menos: actuar con medida

Hay días en que haces mucho. Otros, en que basta con poco.

No necesitas demostrar nada.
Solo moverte desde la lucidez.

Eso es lo que cambia todo.

¿Y si no sabes qué te toca? Haz esto

  1. Revisa tu inventario.
  2. Filtra con los cuatro criterios.
  3. Elige una acción.
  4. Hazla sin drama.
  5. Tacha.
  6. Respira.

El ciclo se repite.
Y mejora.

Cuando todo se detiene: detenerte sin culpa

Cuando te toca parar, párate.
No como castigo. Como parte de la danza.

Nadie puede estar encendido todo el tiempo.

Y si sabes que hiciste lo que tocaba, parar no da culpa. Da paz.

Picture of Papá Manson

Papá Manson

Hace ya casi una década que nuestro chanquete de Grey Gardens salió arrancando y se fue a vivir a la playa. Ha sido un sufrimiento volver a ser inmensamente feliz.
1 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Columnas, ideas y herramientas para trabajar

Suscríbete para recibir contenido exclusivo sobre productividad, foco y trabajo bien hecho. Incluye columnas de nuestros auditores y herramientas prácticas para avanzar.
Escucha la hora casa 10 minutos