Diosa Doméstica

Luisa y el espejo del tiempo: una historia sobre transformación

todayjunio 30, 2025 213 7 64 5

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Cuando tenía 14 años, mi padre administraba un restorán en Valparaíso, y yo siempre iba con él. Me gustaba meterme en la cocina y conocer a las personas que trabajaban allí. Fue así como conocí a Luis. Nuestra diferencia de edad era de unos ocho años, pero nos hicimos amigos amigas. Él era homosexual, tenía pololo y todo, pero eso nunca fue un tema para mí ni para mi papá. De hecho, Luis iba a nuestra casa y lo pasábamos muy bien. Era muy simpático, con él no se pasaban penas.

Recuerdo que mi papá me dio permiso para que me llevara a un bar llamado «El Gato en la Ventana» a ver un tributo a Los Prisioneros. Yo, a esa edad, era fanática. Fue una experiencia increíble; fui muy feliz.

Con el tiempo, no recuerdo bien por qué, nos distanciamos. Luis dejó de trabajar con mi papá y le perdí el rastro. En esos años recién estaban saliendo los celulares, no existía WhatsApp, así que simplemente dejamos de saber el uno del otro.

Pasaron los años, y una noche, caminando por las calles bohemias de Valparaíso, me lo encontré de casualidad. Yo ya tenía 28 años. Él no me reconoció de inmediato: mi aspecto era otro, ya era una mujer, no esa adolescente tímida, callada, que odiaba al mundo, de aspecto desaliñado, sin un estilo definido y llena de inseguridades. Después de contarle quién era, me recordó. Nos abrazamos. Para entonces ya existía Facebook, así que alguna vez volvimos a tener contacto, aunque de forma intermitente. La vida siguió para él, para mí, para todos. Yo me casé, fui mamá… y Luis ahora es Luisa, legalmente.

Un día, sin darle demasiada importancia en el momento, me di cuenta de que estaba promocionando una película. ¡Había actuado en ella! Pero no caí en cuenta de lo importante que debía ser para ella. Una tarde, sentada en mi sofá, me invadió el pensamiento: ¡Luisa hizo una película y yo no he ido a verla! Lo mínimo que podía hacer era ir a verla, apoyarla de esa forma.

Busqué dónde la estaban exhibiendo y le escribí un mensaje para contarle que iría a ver su película. De paso, le conté que hacía dos años vivía en La Serena. No hablábamos hace unos seis años, y me respondió: “Estaré en La Serena el fin de semana para promocionar la película.” Me llené de felicidad. ¡Tenemos que vernos!, le dije. Y ella, tan amorosa como siempre, me dijo que sí.

Llegó el día. Fui a buscarla donde se estaba quedando. Yo, ahora con 38 años; ella, con 46. Nos abrazamos y, para mí, el tiempo retrocedió a esa cocina del restorán en aquella ciudad que ya no es la misma. Por un instante, volvimos a ser esas jóvenes que aún no tenían todo claro en la vida, sin seguridad, sin la valentía de ser quienes queríamos ser.

Al verla y retroceder tantos años, sentí que era como mirarme en un espejo: ver quién fui y quién soy ahora. Todo lo que he vivido para transformarme. Recordé a mi padre, que ya no está hace cinco años. Pensé que he vivido mil vidas en esta sola vida. Tantas experiencias, penas, alegrías —a veces más penas que alegrías—, desamores varios… Pero todas esas vivencias me han convertido en la mujer que soy hoy. Y al mirar hacia atrás, me siento profundamente orgullosa de lo vivido.

Porque quizás tú también tengas una Luisa.

Una persona que te marcó, que te acompañó en un momento clave, que reapareció como un espejo de tu propia transformación.

Y si la tienes… ojalá la abraces fuerte.

Escrito por Catalina Martínez

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Comentarios de las entradas (7)

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  1. Avatar

    Josefa en junio 30, 2025

    A medida que avanzaba con la lectura me iba haciendo parte de la historia, que linda forma de relatar la amé hasta el punto de emocionarme al final… ❤️

  2. Avatar

    Fernanda en junio 30, 2025

    «Qué hermosa historia de vida. Con el tiempo, vamos conociendo a las personas y evolucionando. Cuando alguien te marca de una forma especial, la vida suele reencontrarte con esa persona en el momento justo. A veces, esos reencuentros despiertan una inspiración profunda que impulsa acciones de crecimiento y desarrollo personal. Me encantó cómo contaste la historia. ¡Felicitaciones por este nuevo proyecto, es realmente admirable!»

    • Avatar

      Alejandra Uyarte en julio 1, 2025

      Ameeee, que linda historia !!! Me imaginé cada escenario que iba apareciendo. Eres una tremenda persona 💕 felicidades bella Cata.

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    Francisca Caamaño Rojas en junio 30, 2025

    Ame 😍 Me hizo sentir que yo habia vivido lo que estaba leyendo. Espero vuelva a publicar más. Felicitaciones

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    Carolina Guajardo Araya en junio 30, 2025

    Esta será la primera historía de muchas más!!!!Que bello 🥰
    Muchas felicitaciones!!!👏👏👏

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    Mariela Castillo en julio 1, 2025

    Bonita historia y bien narrada… creo que todos nos podríamos sentir identificados con la historia, ya que en la medida que pasan los años, y en la medida en que vamos evolucionando, somos capaces de confirmar que todas las personas que se cruzan en algún momento en nuestras vidas, nos marcan de alguna forma, todas tienen una misión, y depende de esa misión es el tiempo que permanecen a nuestro lado… algunas pasan de forma fugaz, otras se quedan por un largo periodo y otras pueden permanecer para siempre, pero sin lugar a dudas, la vida muchas veces nos regala reencuentros que tienen el poder de transportarnos al pasado, pero ya transformados, quizás envueltos en nostalgia por lo que alguna vez fuimos, pero no se vive en vano y todos somos resultado de lo que nos toca vivir… linda historia Cata y por sobretodo un llamado a reflexionar también, Felicitaciones!✨💖