Pop Soda

Conquistas a punta de teclado

todayjulio 5, 2025 14 24 5

Fondo
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Se llamaba… No me acuerdo en realidad. Tenía 40, voz de locutor (según él), amante del cine francés, y un talento extraordinario para escribir (según yo)
Me mandaba mensajes largos, profundos incluso.
Un día me escribió:
“Ojalá pudiera escuchar tus pensamientos entre sorbos de café.”
Y yo: Yaaaaa?

Tenía ese tipo de seductor moderno que cita a Cortázar pero también manda memes absurdos.
En las noches, sus mensajes eran como cuentos.
“¿Sabías que la palabra japonesa ‘komorebi’ es la luz que se filtra entre los árboles?”
Yo no lo sabía. Pero dejé que fluyera, tampoco tonta grave pa´l romanticismo cursi.

Hablamos por varios días..
Él analizaba mis sueños, me recomendaba libros, me hablaba de la luna, y de cómo el alma viaja más lento que el cuerpo.
Yo leía todo con cara de emoji pensativo.
“Este sí que es distinto”, creí. “Un hombre con cerebro, sensibilidad y buena ortografía”. (Porque cuando salen con un «Gánate ahí» o un «No caigo en la silla» me da un derrame ocular al segundo.

Un jueves, me invitó a tomar un trago.
Yo llegué como si fuera a conocer a un premio Nobel.
Él llegó… como si se hubiera perdido en una fonda dos días antes.

Primero: Olía raro. Mezcla entre pizza y fracaso.

Segundo: Vestía una polera tipo Balenciaga pero con los hoyos hechos a pulso, con una mancha de ketchup supongo.
Tercero: su voz de locutor era más bien nasal. Muy nasal.

Nos sentamos. Me miró fijo y dijo:
“Tenía tantas ganas de verte… pero estoy como bajoneado hoy. ¿Me cuentas tú algo?”
Le conté. Él miró el celular. Habló 20 minutos de su ex. Fingí interés.

Revisé mentalmente mi lista de excusas para escapar hasta que me levanté para ir al baño. En mi cabeza flameaba la Red flag con todo el style.

Volví. Dije que me sentía mal y me dice que no creía en pagar la cuenta completa porque “el feminismo, ¿cachai?”
Cada uno pagó lo suyo.

Me preguntó si podíamos vernos de nuevo y yo «Obvio».

Caminé para ir a vitrinear un rato, ya me había arreglado y no iba a perder la arreglada, no pos Ñiña.

Sonó whatsapp: «Me encantó verte, tienes algo que hacer mañana?»

Y yo: Bloquear.
A veces, el príncipe de los mensajes es solo un sapo con buen plan de datos.

Escrito por Pod Soda

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