Fuck Them

El Estrés Laboral No Tiene por Qué Ser el Precio de Tu Sueldo

todayjunio 23, 2025 81 2 41 5

Fondo
share close

Todos hemos estado ahí. Viernes, cuatro de la tarde, y alguien agenda una reunión. Un correo pasivo-agresivo que te deja con la sangre hirviendo. Un jefe que promete ascensos como quien reparte servilletas en un restaurante barato. Y el clásico: más trabajo por el mismo sueldo.

El estrés laboral no es un mito. Es una plaga. Una epidemia silenciosa que no deja marcas visibles pero te come por dentro. Estudios serios, de esos que nadie lee pero todos sienten, demuestran que tu jefe tiene tanto impacto en tu salud mental como tu pareja. Y la verdad, es probable que pases más tiempo con él que con tu propia familia. Así de retorcido es el sistema.

Pero aquí va la pregunta clave: ¿vas a dejar que el estrés laboral se coma tu vida?

La gente cree que quedarse en un trabajo que odia es una forma de madurez. Que aguantarse al jefe, al sueldo, a la falta de sentido, es ser responsable. Que frustrarse es normal. Que sentirse pequeño es parte del proceso. Pero, ¿desde cuándo la vida se trata de sobrevivirla con resignación?

Déjalos.

Déjalos ignorar tu trabajo. Déjalos pedirte cosas absurdas. Déjalos jugar al micromanejo. Déjalos creer que tienen control absoluto sobre ti. Y luego, lo más importante: déjame.

Déjame a mí decidir qué hago con mi carrera. Déjame actualizar mi currículum. Déjame mejorar mis habilidades. Déjame buscar un nuevo empleo. Déjame construir mi propio camino.

La frustración aparece cuando te convences de que no tienes opciones. Pero siempre las tienes. Tú eres el dueño de tu carrera. No tu jefe mediocre. No la empresa. No la falta de ascensos. Solo tú.

¿Sabés cuál es el verdadero problema? Que muchos se creen atrapados. Pero no están atrapados: se están dejando estar. La trampa no es la empresa. Es la idea de que necesitas su validación. Que si te esfuerzas un poco más, si aguantas otro trimestre, si demuestras tu compromiso, algún día te verán. Y eso no va a pasar.

El mundo laboral no está diseñado para premiar a los mártires. Está diseñado para exprimirlos.

Ser un mártir en el trabajo no es un premio. La gente se jacta de cuánto aguanta. De cuántas horas extra trabaja sin quejarse. De cómo soporta a un jefe insoportable. Eso no es un logro. Es autoabandono.

Hay una diferencia brutal entre alguien que acciona y alguien que espera. El que acciona siente miedo igual, pero no se queda inmóvil. El que espera, se consume con la esperanza de que otro le saque del hoyo.

Y no. Nadie va a venir a rescatarte.

La empresa no cambiará su cultura porque tú estés triste. Tu jefe no te va a dar un ascenso por empatía. El departamento de recursos humanos no va a organizar una intervención porque te vean cabizbajo. El único que puede actuar, el único que puede moverse, el único que puede decir «basta» eres tú.

Así que antes de quedarte hasta tarde otra vez. Antes de aceptar otro “tal vez el próximo año”. Antes de dejar que el estrés te consuma. Pregúntate: ¿esto va a cambiar?

Si la respuesta es no, entonces ya sabes lo que hacer.

Déjalos. Déjame.

Es tu vida. Es tu carrera. Y el estrés laboral no tiene por qué ser el precio de tu salario.

Escrito por villouta

Valóralo

Comentarios de las entradas (2)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *