Rezo Devocional: Invocación de la Jornada

Queridos miembros de nuestra secta:

Una secta que se respeta a sí misma tiene que tener al menos un par de cosas que den cringe.

Sobre todo cuando hagan el documental escandaloso en Netflix, donde recuerden que si los entrevistan, tienen que contar que aprendí a leer solo. 

Volviendo a lo cringe, 

Este es nuestro rezo.

No lo miren en menos: lo recitaremos cada mañana como miembros adoctrinados de una secta.

Como todo buen rezo, está hecho para ser impreso: en poleras, tazones, santitos, mats de yoga, calzones, lo que sea.

Y como líder supremo de esta secta, declaro que los derechos intelectuales del rezo son públicos.

Pueden usarlo libremente, compartirlo, imprimirlo, tatuárselo.

Pero ojo: esa licencia es válida solo si incluyen el verso opcional al final.

Si no, hay que pagar. Como todo en esta vida. Es una onda modelo freemium. 

Rezo: Invocación de la jornada. 

Soy un servidor del trabajo con propósito y del foco sostenido.

Me declaro 100% disponible para manifestar lo lo que inevitablemente ocurrirá si es que pongo el cuerpo todos los días frente a mis herramientas de trabajo. 

Mi propósito es claro y específico

Sé cuánto quiero ganar. 

Sé para cuándo. 

Sé por qué. 

Y sé para qué.

Y si no lo sé, lo escribo igual, porque el universo ama la gente decidida, aunque esté confundida.

Sostengo mi visión como un loco sostiene su cartel en la plaza.

Me enamoro de mi propósito como si fuera un bombero en uniforme.

Soy perseverante, como una gay perdido que llama a su ex una y otra vez. 

Ninguna creencia limitante tendrá cabida en mi sistema operativo.

Las borro, las archivo o las convierto en contenido para monetizar. Qué te creís.

Creo, aunque no vea. 

Agradezco, aunque no llegue. 

Avanzo, aunque no entienda.

Así es.

Así será.

Así está ya sucediendo.

Amén, y a darle.

Verso opcional antes del Amen: 

Universo, por favor, consíguele un hombre bueno a José Miguel Villouta. Se lo merece.